Entre sus obras más importantes destacan el estadio Azteca, el Museo Nacional de Antropología, la nueva basílica de Guadalupe, la torre corporativa de la Compañía Mexicana de Aviación, la sede del Congreso de la Unión en San Lázaro, la torre de Relaciones Exteriores de Tlatelolco, el estadio Cuauhtémoc de Puebla, el Museo de Arte Moderno, el Museo de la Negritud en Senegal, además del edificio sede del Comité Olímpico Internacional (COI), en Lausana, Suiza. Entre sus obras también se encuentran templos, oficinas, museos, pabellones en diversos países, escuelas, universidades, mercados y hospitales, así como centros de asistencia y de convenciones. Obtuvo el Premio Nacional de Bellas Artes en 1973 y numerosos galardones y distinciones.
También diseñó la
Escuela Nacional de Medicina de la UNAM. Fue el creador del sistema para
construcción de la escuela rural y se han edificado miles de escuelas mexicanas
con este sistema y en el extranjero, por ejemplo, la
UNICEF adoptó este sistema constructivo.
El
llamado “arquitecto de la Modernidad”, tuvo una trayectoria pública destacada;
fue miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la
República, presidente
del comité organizador de los XIX Juegos Olímpicos de México 68, ahí colaboró en el
diseño de la imagen gráfica de la gesta, como el póster y el emblema; fue
el primer rector y fundador de la Universidad Autónoma Metropolitana donde
logró que las
ciencias y artes para el diseño alcanzaran el estatus académico en una
institución universitaria; también se desempeñó como Secretario de
Asentamientos Humanos y Obras Públicas en el sexenio de José López Portillo
En su trayectoria dentro del
diseño gráfico, creó los logotipos de Televisa, de la embajada de Japón
en México.
Sus actividades académicas las
inició en 1942 e impartió cátedra de proyectos de composición arquitectónica y
urbanismo en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional
Autónoma de México. Fue embestido como doctor honoris causa por varias
universidades como la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad
de Colima.
Pierre Vago define al arquitecto, en el prólogo del
libro Pedro Ramírez Vázquez: un arquitecto mexicano (editado por Karl
Krämer Verlag Stuttgart, 1979): “No sólo me parece como un artista que sabe que
para la belleza que crea debe, en primer lugar, saber el resultado de la
satisfacción de las necesidades materiales, pero también espirituales; del
respeto de un programa, de un presupuesto, del uso razonado de los medios y de
las posibilidades técnicas, materiales, de estructuras y de la economía en el
sentido más noble de la palabra.
“Esta conciencia profunda –escribió Vago– de la
función social y humana del arquitecto del siglo XX, lo ha llevado a orientarse
menos hacia la búsqueda de lo que aún se llama ‘clientela privada’, como
bancos, promotores que persiguen sobre todo el beneficio, el rendimiento,
etcétera, pero orientándose sí, hacia el servicio de la colectividad bajo las
formas más diversas: edificios culturales y educativos, urbanismo, arreglos de
espacio, planificación, enseñanza.”
Sirva esta modesta reseña a
manera de homenaje por parte del Comité Científico de Arquitectura del Siglo XX
de ICOMOS mexicano al Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, Descanse en Paz.
Parte de la información
presentada en esta nota se tomó de los siguientes enlaces:
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